Al inicio de cada nueva temporada nos encontramos con el mismo problema de siempre, la cantidad de niños y niñas que son inscritos por sus familias en clubes de fútbol sin que éste sea un deporte que les guste.
Los objetivos para apuntar a un niño o niña a un deporte pueden ser variados, pero conseguir una adherencia a la actividad deportiva para que la puedan mantener en el tiempo y que, por lo tanto, se vean beneficiados en un futuro a nivel de salud es, sin duda, junto a ayudar a los niños en su proceso de socialización, uno de los objetivos más importantes que se deben buscar cuando decidimos inscribir a un niño o niña a un deporte reglado.
Estos objetivos se ven imposibles de alcanzar cuando son apuntados a un deporte que no les gusta, ya que eso impedirá que desarrollen adherencia a la actividad física y se provocará un abandono deportivo temprano al cabo de pocos años.
Debemos aprender que no es lo mismo que a un niño o niña le guste jugar a la pelota a que le guste jugar al fútbol. A un niño o niña le puede gustar jugar a la pelota en el parque pero pasarlo mal jugando al fútbol en un equipo.
Hay niños y niñas que tienen mucho miedo al contacto físico y que apuntarlos a deportes como el fútbol, que exige este contacto, provocará que rechacen este tipo de situaciones, cada vez más repetidas en el fútbol a medida que vaya creciendo, y asociarán la práctica deportiva a algo negativo. Algo que no les gusta y que, en cuanto puedan, van a intentar dejar.
Los padres, madres, tutores y tutoras deben pensar si el niño o niña al que van a apuntar a una determinada actividad se puede adaptar bien a ella, no a nivel de competencia sino a nivel de felicidad.
Si queremos que los niños y niñas adquieran adherencia al deporte tenemos que tener claro que el primer contacto con él tiene que ser agradable, tienen que asociarlo a algo que les gusta y que por ello quieren repetir el próximo día. No hay unos deportes mejores que otros. No pasa nada si los niños o niñas que tienen miedo al contacto físico hacen natación o atletismo. Si es lo que les gusta es tan válido como el fútbol. Entiendo que como padre o madre prefieras que tu hijo o hija practique un deporte que te gusta, pero supongo que también prefieres que haga algo que desconoces, aunque sea el curling o la petanca, antes que ver cómo lo pasa mal en los entrenamientos y partidos cada vez que se le acerca una situación que el deporte exige afrontar pero que él o ella odia hacerlo.
Mejor que hagan algo que les guste a ellos y ellas, aunque a ti como padre o madre te disguste, antes que fomentar que lleguen a los quince años y hayan abandonado el deporte para el resto de su vida. Ayúdales a que no tenga que ser un médico el que tenga que decirles, cuando tengan cuarenta años, que su sedentarismo los va a matar.
Me ha encantado lo último…no soy amante de futbol,si del deporte…pero me encanta ver a mis hijos felices jugando sin presión…esa es la clave.
Muchas gracias por tu comentario, Toñi.