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El efecto Mateo. ¿Tiene tu hijo la misma posibilidad que otro chico en su categoría de convertirse en profesional? La respuesta es no

A raíz del final del mundial de fútbol celebrado en Qatar en 2022 encontré navegando en la red social Twitter algunas publicaciones que pretendían analizar la influencia de la edad relativa y la pérdida de talento en las selecciones mundialistas y esto me recordó al título de un capítulo del escritor inglés Malcolm Gladwell hablando sobre los fueras de serie: “El efecto Mateo”. 

Si ponemos atención en cómo afecta la organización de las competiciones deportivas de los jóvenes, así como la organización o estructuración en otros ámbitos del desarrollo de la sociedad (como la educación), se pone de manifiesto este fenómeno al que el sociólogo Robert Merton llamó “el efecto Mateo”, por el versículo del Nuevo Testamento según San Mateo que reza: “Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado”. 

Echa un vistazo a la siguiente tabla en la que he recogido a jugadores que formaron parte de la selección española de fútbol sub 16 en 2021 (datos de Transfermarkt) a ver si descubres algo raro en ella:

No te preocupes si no te das cuenta a primera vista, llevamos muchos años sin prestar atención a esto. De hecho, hasta mediados de los 80 nadie había prestado atención a ello hasta que el psicólogo canadiense Roger Barnsley puso el foco en el fenómeno de la edad relativa. Ahora quiero que repases de nuevo la tabla y pongas atención a las fechas de nacimiento de los jugadores. 

Si analizamos este apartado, 17 de los 23 jugadores (es decir, el 73,9%) son nacidos en el primer semestre del año; es más, de los 23 integrantes, 11 de ellos (47,8%) han nacido en el primer trimestre del año, entre enero y marzo. Puede que te preguntes, ¿y qué tendrá que ver la fecha de nacimiento de los chicos con que tengan mayor probabilidad de acudir a mejores competiciones y tener más probabilidades y oportunidades de desarrollarse como deportistas? Pues la verdad es que la fecha de nacimiento importa, y mucho.

Las fechas de corte tienen importancia en el desarrollo del talento futuro.

La publicación mencionada previamente, así como la tabla que te he mostrado, ponen de manifiesto que los mejores jugadores (o los que participan en las mejores competiciones) de fútbol juvenil han nacido en un muy elevado porcentaje en el primer semestre del año, de los cuales la mayoría han nacido en el primer trimestre. Este patrón se repite en innumerables selecciones de equipos nacionales juveniles de diferentes deportes a lo largo de la historia. Pero si piensas que es una simple casualidad, aquí tienes otro ejemplo de la actualidad: 

Mira la plantilla de la selección española de fútbol sub 17 más reciente. Esto ya nos suena…

De los 23 jugadores que pasaron por allí, 15 (el 65,2%) nacieron en el primer semestre del año. Y 10 de los 23 (43,5%) son del primer trimestre del año. El patrón se repite, es curioso.

Podemos analizar este asunto teniendo en cuenta varios aspectos importantes: 

Organización de las competiciones deportivas de base.

Las ligas deportivas juveniles se organizan por fechas de corte muy amplias (jugadores nacidos en un año natural, desde Enero hasta Diciembre), por lo que chicos nacidos en el primer mes del año pueden competir y compiten contra chicos nacidos en Diciembre, a los que sacan aproximadamente un año de edad, con la desventaja que supone en primeras etapas a nivel madurativo y por lo tanto a la hora de competir entre ellos. 

Objetivo del fútbol base. ¿Ganar? 

El principal objetivo del deporte base en la mayoría de ocasiones está desorientado, pues el fin parece no ser otro que la victoria (esto para otra charla). En estas edades, la victoria se consigue fácilmente utilizando a los chicos más desarrollados (normalmente los nacidos en los primeros meses del año) pues por su mayor capacidad física y madurativa se imponen sin gran oposición frente a los chicos menos desarrollados, que por norma general son los que han nacido más tarde durante el año. 

Como el objetivo está distorsionado y desorientado, buscando solo ganar hacemos que esta diferencia entre unos y otros se haga cada vez mayor (inconscientemente en muchos casos o por puro desinterés). 

El éxito se convierte así en una “ventaja acumulativa”, digamos que es como un efecto de bola de nieve que cada vez se hace más grande. Estos chicos que parten ya con ventaja, son los que acceden a mejores entrenamientos, participan en selecciones y obtienen por tanto más oportunidades que los demás (cómo no van a hacerlo, si son “los mejores”). 

¿Solo ocurre en fútbol? 

Esto se exporta a otros aspectos como la educación, donde la escolaridad se organiza también por año natural y se valora con la misma vara de medir a niños nacidos en los primeros meses que a niños con menor capacidad que simplemente nacieron más tarde. Seguro que estás siendo consciente de la importancia que algo tan “simple” como la estructuración de competiciones o de escuelas puede tener el futuro… 

¿Hay solución? 

Claro. Reduciendo el sesgo a la hora de organizar competiciones deportivas de base o escuelas. Por ejemplo, ligas divididas en jugadores nacidos en períodos más cortos (desde enero hasta abril; desde mayo hasta agosto; desde septiembre a diciembre). Puede que sea algo más complejo en cuanto a la administración, económicamente no creo que supusiera un gran encarecimiento, y en cuanto al desarrollo de futuros talentos… 

Las diferencias a la hora de competir se reducen, pues la maduración de los chicos es más similar. Más oportunidades para todos. Que los chicos evolucionen en distintas competiciones y luego se hagan selecciones a partir de éstas. Si todos los nacidos en la segunda mitad del año tuvieran mejores oportunidades y por tanto más probabilidades, la élite nacional en el futuro tendría el doble de talento para elegir. 

¿Por qué no lo llevamos a cabo? 

Está en nuestra mano manejar el mecanismo del éxito (deportivo, académico…). Pero no lo hacemos porque, como bien dice Malcolm Gladwell, “abrazamos la idea de que el éxito obedece a una función simple de mérito individual, como si el mundo en el que crecemos y las reglas que rigen la sociedad no importasen en absoluto”.

 

Raúl González Martín
Máster en dirección de fútbol Escuela Universitaria Real Madrid Universidad Europea

Entrenador de fútbol
www.viplayer.es | @viplayerfutbol | raul@viplayer.es

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