Saltar al contenido

Dos elementos metodológicos que marcarán la diferencia en tus sesiones (y que seguro estás pasando por alto)

Podemos definir la metodología como el conjunto de métodos utilizado para alcanzar un determinado objetivo. En el caso que nos incumbe, dentro de nuestras sesiones de entrenamiento el objetivo siempre estará relacionado con la optimización del rendimiento de nuestros deportistas y vendrá altamente determinado por la etapa de desarrollo en la que se encuentre el jugador y las necesidades individuales y grupales.

Sea cual sea la metodología utilizada, uno de los aspectos a los que se le da más valor en estos procesos de enseñanza-aprendizaje es la repetición. Una repetición que, lejos de la memorización, busque la generación de rutinas de pensamiento y estructuras mentales para lograr resolver con la mayor eficacia los problemas situacionales que se irán dando durante el juego. De esta forma, tanto la práctica como la propia repetición se fundamentan como bases del aprendizaje y como mecanismos naturales eficaces para consolidar lo que se intenta interiorizar, y en este caso esencial para dominar habilidades.

Dada la complejidad intrínseca de los deportes colectivos, adaptamos la reiteración a un concepto bastante utilizado como es el de repetir sin repetir, puesto que ninguna situación será totalmente igual a otra, pero muchas compartirán la raíz táctica.

Para favorecer esta idea de repetir sin repetir, y con tal de que se reproduzcan con un mayor volumen todas esas situaciones que buscamos que los futbolistas asimilen, existe dos elementos metodológicos que puedes utilizar en tus sesiones y que suelen pasar inadvertidos: los reinicios de juego y la dinámica de introducción de balones.

En cuanto a los reinicios de juego, estos nos permiten que una situación que suele darse de forma aleatoria se repita en muchas más ocasiones de lo habitual. Ponemos el ejemplo del entrenamiento de salida de balón. Si todos los reinicios de la tarea, salga por donde salga el balón o acabe como acabe la acción, se dan desde la situación de saque de portería, estos momentos de salida de balón se darán en un porcentaje mucho más alto de lo habitual.

Lo mismo pasa por ejemplo con conceptos como los centros laterales o los cambios de orientación; si cada vez que se produce un reinicio doy el balón a uno de los extremos del equipo atacante para que reinicie juego, habrá muchas más probabilidades de que se produzca una situación de centro lateral durante todo el tiempo de la tarea. Por otro lado, si mi intención es que se produzcan cambios de orientación y todos los reinicios de tarea se dan desde balón al lateral del equipo en momento con balón, provocaré que el equipo defensivo desde un primer momento ya se vuelque sobre ese carril donde el jugador reiniciará la tarea, dejando más espacio en el carril alejado, lo que facilitará que se repitan estos cambios de orientación.

Así pues, escoger una correcta forma para reiniciar el juego en nuestras tareas será diferencial a la hora de conseguir una mayor o menor recurrencia de los conceptos que hemos establecido como objetivo de la tarea.

En relación con la dinámica de introducción de balones, esta puede llegar a ser más limitante de lo que crees. La posición en la que se dispone el cuerpo técnico para introducir balones y también la posición desde donde se introduce este balón (que irá ligado con los reinicios comentados en el punto anterior) dotará de mayor o menor calidad a la tarea.

Volviendo a los ejemplos anteriores, en una tarea orientada al desarrollo de la salida de balón, si el entrenador se dispone en medio campo y tiene que introducir el balón para portero cada vez que el balón salga, permitirá que el equipo rival se reestructure y que la tarea se ralentice; de otro lado, si se coloca detrás de la portería, podrá introducir el balón de forma rápida para que el portero reinicie rápidamente el juego. Por otra parte, si el objetivo que perseguimos está relacionado con el momento de transición (vigilancia descolgados, ocupar tres carriles, salida en segunda oleada, etc.), no tendrá la misma incidencia introducir un segundo balón desde detrás de portería que desde la frontal del área, el medio campo o una zona lateral.

¿Buscas un ritmo alto o una tarea pausada que permita un mayor descanso? ¿Quieres encontrar al rival desorganizado o te interesa que se parta desde una organización clara? ¿Te interesa que se encadenen las situaciones o trabajar desde situaciones más aisladas para poder observar y corregir más detalladamente? Todos ellos serán aspectos que deberás tener en cuenta a la hora de diseñar la tarea y organizar la dinámica de introducción de balones.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *