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El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde

A cualquiera que haya leído o conozca la historia del Dr. Jekyll y Mr. Hyde, le sonará la dualidad entre el bien y el mal, y es que el núcleo de esta obra radica en la dualidad del espíritu humano, balanceándose entre los principios del bien y de mal. En dicha historia el doctor tenía una clara obsesión: dividir las dos naturalezas de la persona.

Pues bien, hace poco, en una de mis habituales reuniones con un íntimo amigo muy ligado al fútbol también, ambos sentenciábamos que “algo estamos haciendo mal entre todos para que se den tantas anomalías en los comportamientos en el fútbol base”. Y ello me enseñó que el fútbol también contiene la dualidad citada, y que por desgracia el lado negativo. Mr. Hyde, está demasiado favorecido en nuestros días.

Como añadido a esa preocupante reflexión que compartí con mi compañero, paso a enumerar algunos de esos comportamientos que desde luego empañan el espíritu de nuestra apasionante profesión (fútbol base):

  • Estamos desgraciadamente acostumbrados a que salgan constantes noticias de agresiones e insultos de padres a árbitros.
  • Igualmente vemos con frecuencia enfrentamientos en gradas de los familiares de chicos en formación. 
  • No es difícil observar a padres que “enferman” de envidia ante un niño, que según ellos le está restando protagonismo a su hijo en su equipo, con los consiguientes comportamientos negativos del “adulto”. 
  • Aparecen “escuelas de fútbol” que expulsan a niños de 8 años por querer hacer una prueba en clubes superiores, añadiendo dicho “castigo” en sus estatutos. 
  • Observamos como hay dirigentes de escuelas o clubes con chicos en formación que desprecian el lado académico de los jugadores sin importarle la formación humana de los mismos. 
  • Observamos como el peligroso y confuso olor del dinero en cantidad, hace que padres con hijos en formación pierdan el sentido común por conseguir “éxito” a cualquier precio. 
  • Y un largo sinfín de actuaciones sombrías que oscurecen el comportamiento humano dentro de este deporte ….. 

Todos estos tristes ejemplos y muchos más podrían ser el Mr. Hyde del fútbol, su parte oscura, algo que no suma sino que resta.

Pero por otra parte el fútbol tiene un Dr. Jekyll, una parte buena que sin duda es una herramienta fantástica no sólo en la formación de la parte futbolística de un joven sino también en la formación de su parte humana, algo que ayudará a desarrollar su persona de por vida. Y es en esta parte positiva en la que tenemos que centrarnos, y la que debemos fomentar para conseguir mejores jugadores de fútbol y algo más importante aun, mejores personas que formarán una mejor sociedad. 

Dentro de esta parte buena del fútbol tenemos que:

  • Ayuda a la formación de jóvenes con mayor poder que el propio colegio, instituto o núcleo familiar. 
  • Transmite valores de grupo que mejoran la vida en sociedad. 
  • Transmite valores de respeto, esfuerzo y muchos más. 
  • Habitúa a los jóvenes jugadores a un estilo de vida saludable donde el ejercicio físico y los buenos hábitos (alimentación, higiene, …) son parte esencial de la misma. 
  • Y por supuesto ayuda a formar a los jóvenes jugadores de fútbol ofertándoles la posibilidad de ligar una parte importante de su vida a esta saludable actividad, incluso de forma profesional. 
  • etc. 

Quede claro que con todo esto no se pone en duda en ningún momento el valor formativo de la competición (en una sana versión), la cual es parte de este deporte y de la formación necesaria de los jóvenes jugadores, pero siempre dentro de la educación en los valores propios del deporte y de una sociedad sana y educada.

Volviendo a la historia del Dr. Jekyll y Mr. Hyde, tenemos que reflexionar que es un relato cuya moraleja nos enseña que el mal está dentro de nosotros, es un constituyente de nuestro ser; podemos derrotarlo pero jamás eliminarlo del todo y no debemos jugar con él o de lo contrario corremos el riesgo de que nos destruya como al Dr. Jekyll. Por ello, derrotemos pues a Mr. Hyde y potenciemos al Dr. Jekyll antes de que Mr. Hyde nos destruya, ya que así mejoraremos no sólo la salud de nuestro fútbol base (y por ello nuestro futuro fútbol) sino también la salud de nuestra sociedad que tanta falta le hace.

Reflexionemos y actuemos en consecuencia.

 

Autor: Santi Expósito (Síguelo en Twitter)

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