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Entrevista a Jacobo Ceide, psicólogo deportivo (Parte 2).

En esta ocasión, continuando la charla con Jacobo, el tema a tratar será la compatibilidad de deporte y estudios y el abandono deportivo que provoca.

Dejando a un lado ya el tema de la competitividad excesiva, ¿qué parte del abandono deportivo por estudios está realmente justificado?

En mi opinión, ese abandono deportivo por culpa de los estudios no está justificado salvo casos extremos y, aún así, hay casos de jugadores de élite con estudios universitarios y con un plan de vida una vez que se acabe su carrera deportiva (1). Tal y como dice Nacho Vidal, jugador del Valencia CF, parece que la gente valora más llegar a primera división que tener unos estudios (2). Todo el mundo conoce los beneficios físicos del deporte, pero muchas personas no se dan cuenta del poder que tiene el deporte como herramienta educativa y psicológica, ya que ayuda a ser constantes, a esforzarse, a ser competitivo,… No puede ser que queramos que nuestro hijo sea una persona comprometida y después, cuando las notas académicas no acompañen, lo castiguemos sin deporte, ya que le estaríamos dando un mensaje contradictorio. Además, está demostrado que la actividad física y el deporte mejoran las capacidades cognitivas necesarias para el estudio y viceversa (2). Por otro lado, el castigo como herramienta educativa sirve solamente para extinguir una conducta, pero no favorece la aparición de una conducta alternativa a largo plazo, como sería en este caso la mejora del rendimiento académico, y por eso solo resultaría medianamente útil a corto plazo. Creo que cuanto antes nos demos cuenta que deporte y estudios son parte fundamental en la educación de una persona y que estamos condenados a entendernos, antes habremos dado un gran paso.

Y no crees que si continuamente les estamos diciendo a los niños (5º y 6º primaria, por ejemplo) que el próximo día no va a ir a entrenar, que la temporada siguiente cuando el niño entrene 3 días solo le permitiremos ir 2 porque el tercero tiene que estudiar,… ¿no crees que eso, además del abandono deportivo temprano, provocará que con el paso del tiempo el niño asuma que solo puede dedicarse a estudiar, creyendo que no tiene tiempo para nada más, siendo además de un fracaso deportivo un fracaso educativo?
– Por supuesto que sí. Cuando suele llegar el período de navidades o se acerca el verano, empiezan las típicas frases de “X no va a entrenar porque mañana tiene examen” o incluso castigando al niño sin deporte, ignorando los beneficios que comentábamos antes. No hay que olvidar que todos los hábitos que vayan adquiriendo en etapas formativas les ayudarán en su vida adulta. La correcta educación deportiva debe ser igual de importante que la educación académica y eso es algo que no está instaurado todavía en la sociedad.
¿Posible solución que no sea castigar sin deporte? En mi opinión, una comunicación asertiva con los niños, una organización adecuada del tiempo, dándole a cada actividad el tiempo que se merece y poniendo toda nuestra atención cuando realizamos dicha actividad. Como recomendaciones generales a los padres/madres les diría que les ayuden a organizarse de manera efectiva, que valoren el esfuerzo independientemente del resultado evitando comparaciones, ayudarles a concentrarse eliminando posibles distracciones de su entorno y apoyarles en sus decisiones. Y si finalmente, a pesar de todo, decidimos castigarles, es importante haberles advertido previamente de las consecuencias. Por parte de los entrenadores, preocuparse por su rendimiento académico igual que se preocupan por el deportivo, hacerles ver que deporte y estudios son perfectamente compatibles y ayudarles a que se den cuenta que su formación en el colegio les va a ayudar en toda su vida adulta.

Y por último ya, ¿crees que sería viable el desarrollar escuelas de padres por parte de los clubs? Y con viable me refiero a que los padres que realmente necesitan dicha formación acudan a esas sesiones, ya que corremos el riesgo de que aquellos padres que asisten son los que ya tienen una correcta formación precisamente porque asisten a dichas charlas, pero sin embargo la gente que realmente nos interesa no acuda a ellas.
Lo veo viable pero primero veo necesario quitar la creencia popular de que el psicólogo solo está indicado para gente con problemas, cuando en realidad lo único que se necesita es querer mejorar en alguna faceta de tu vida. Y en el ámbito deportivo, además del alto rendimiento, también se ocupa de la formación. (3)
Una propuesta sería incluir dichas charlas como una parte más dentro de la dinámica del club, de tal forma que si los niños entrenan, por ejemplo, dos días a la semana durante hora y media, los padres/madres tendrán sesión formativa una vez al mes durante una hora, por ejemplo, en las cuales se hablaría de los valores formativos del deporte, de esa organización adecuada del tiempo que hablábamos antes, o de cualquier otro aspecto a tratar siendo interesante además que esas sesiones fuesen a la vez que las sesiones de entrenamiento. Quizás no se debería vender como tratar de reeducar a los padres en algunos aspectos, pero sí hacerles reflexionar acerca de que los principales beneficiados de estas sesiones son, en primer lugar, ellos mismos, y después sus propios hijos, en los cuales tantas expectativas tienen puestas.
Para que se haga realidad se necesita, además de una correcta organización y planificación, clubs que crean en la idea y apuesten por ella, sabiendo que el beneficio será para su club y principalmente para sus jugadores, mejorando su formación como personas. (4)




Anexo:






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