Saltar al contenido

Niños que se portan mal en los entrenamientos. ¿Qué podemos hacer?

No todos los niños tienen un comportamiento ejemplar en nuestras sesiones de entrenamiento. En ocasiones nos encontramos con niños que tienen actitudes disruptivas que hacen que el desarrollo de la sesión o de una tarea en concreto se complique.

Los motivos por los que un niño «se porta mal» pueden ser muchos y no siempre es fácil de identificar por parte del entrenador, el cual pasa un tiempo limitado a la semana con ese niño y, además, durante ese tiempo también tiene que atender a los demás. Comprender por qué un niño actúa de una determinada manera puede ser sencillo en ocasiones, pero en otras el origen acaba siendo descubierto por un profesional de la psicología después de varias sesiones individualizadas con él y con la familia.

Es por eso que no debemos agobiarnos. Es verdad que en ocasiones nosotros somos los culpables de los comportamientos disruptivos que se producen en nuestras sesiones, tal y como comenté en este artículo, pero muchas otras los motivos se escapan de nuestro control.

¿Qué podemos hacer cuando identificamos un mal comportamiento de uno de nuestros jugadores? En primer lugar deberíamos analizar el contexto en el que ese comportamiento se origina:

Es posible que el problema tenga fácil solución y seamos capaces de solventarlo mejorando nuestra gestión del grupo y de la sesión. Si es así estamos de enhorabuena, ya no tenemos que pasar a la fase 2. Lamentablemente muchas veces no somos capaces de identificar en qué contexto suele aparecer el problema y, si lo identificamos, las medidas no siempre son útiles. Si esto sucede es momento de pasar a la siguiente fase.

La mayoría de los problemas que no se solucionan en la fase 1 suelen solucionarse en la fase 2. Sobre todo a medida que los niños son más pequeños. Cuando los niños crecen ya es más factible que tengamos que pasar a la fase 3 debido a que los alicientes que le presentamos para que corrija su conducta no son lo suficientemente atractivos para que él haga el esfuerzo de controlarse con el fin de lograr un refuerzo positivo o un premio concreto.

La fase 3 es la última fase en la que intentamos encontrar una solución. Debemos negociar un acuerdo, cerrarlo y posteriormente dar tiempo para ver si se cumple.

¿Estas 3 fases son infalibles y garantizan que todo comportamiento disruptivo acaba por cesar gracias a estos pasos? Por supuesto que no. Como hablábamos al inicio, puede ser que el origen del problema sea mucho más profundo y que necesite ayuda de un profesional para solucionarse. Si esto es así, el profesional debería dar una serie de pautas para que nosotros en los entrenamientos intentemos aplicarlas con el fin de beneficiar al niño y, como consecuencia, al desarrollo de las sesiones.

Pero ojo, en ocasiones puede ser que hayamos hecho todo lo que estaba en nuestra mano y al llegar a la fase 3 veamos que la familia no colabora y que no muestra especial interés en corregir el comportamiento de su hijo. En ese momento hay que tomar una decisión por parte del club, ya que tenemos un problema que está afectando a todo el grupo, que hemos intentado resolver, pero que nos encontramos con que no tenemos el apoyo de la familia para lograrlo.

Si vemos que la familia intenta por todos los medios resolver el problema, entonces el club debe estar ahí para ayudar. Pero si la familia no tiene esa predisposición, entonces el club debe estar ahí para proteger al resto de niños del grupo, garantizando su formación y diversión.

Etiquetas:

13 comentarios en «Niños que se portan mal en los entrenamientos. ¿Qué podemos hacer?»

  1. Exelente tus conceptos, algo que los entrenadores de futbol base debemos de tener en cuenta, fue una ayuda magnífica, siempre aprendemos algo, felicitaciones

    1. Es una muy buena pregunta.

      Por experiencia, ese tipo de respuestas son completamente impulsivas y se acrecentan cuando como entrenadores empezamos a gritarles. Lo ideal es conseguir que baje pulsaciones y se relaje. Sé que es difícil, porque a veces como entrenadores lo que nos sale es pegarle un grito, pero lo más eficaz es apartar a ese niño durante ese episodio y de una forma muy calmada intentar que vaya relajándose. Cuando creamos que ya hemos conseguido que se relaje un poco, podemos invitarlo a que se siente durante un par de minutos para que ahora sea él el que termine por sí solo de tranquilizarse. Insisto en lo que comenté antes, por norma general el enfrentamiento ante este tipo de episodios agravan el problema.

      1. Profesor algún articulo acerca de cómo lidiar con esos padres que se incomodan porque su hijo no se convoca o es sustituido, o que deba jugar en la posicion que el padre desea…
        Muchas gracias

  2. Mi hijo d 8 años juega en un club en mi pueblo.y el profesor les grita a todos a mi hijo , siempre se enoja si no les sale algún ejercicio.se enoja si pierden .Mi hijo esta mirándolo a cada rato para ver qué le dice porque ya es una costumbre de gritarles como puedo resolver eso ? Porque no quiero pelear con el entrenador

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *