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¿Vueltas al campo para calentar?

No conozco a ningún niño o niña que, cuando es la hora del recreo, antes de ponerse a jugar al fútbol o al deporte que sea decida ponerse a dar vueltas al campo para calentar. No conozco a ningún niño o niña que por las tardes, cuando queda con sus amigos en el parque para jugar se ponga a dar vueltas a la plaza antes de iniciar el juego. No solo no conozco a nadie sino que yo, cuando era niño, tampoco lo hacía. Llegaba la hora del recreo y comenzaba el partido. Llegaba a la plaza por las tardes y empezaba el juego.

Con esto no estoy diciendo que no haya que calentar. Calentar es importante y, a medida que las personas crecen, la importancia aumenta. No es lo mismo el riesgo de lesión en una persona de 30 años que en una de 8. Por eso inculcar hábitos saludables desde niños es vital para una buena salud en el futuro.

 

Dicho esto, podemos afirmar que la pregunta no es si hay que calentar o no, sino si hay formas más productivas de hacerlo que dando vueltas a un campo de fútbol. Y la respuesta es clara, sí las hay.

Dar vueltas a un campo de fútbol es algo monótono que no produce nada a nivel motriz. No ayuda a desarrollar ningún tipo de aprendizaje. En cambio, como alternativa, podemos realizar infinidad de juegos de pilla/persecución que, además de cumplir con el objetivo de calentar, nos aportan muchos más beneficios.

Parar, acelerar, girar, percibir espacios libres, fintar, escapar de un rival…, son acciones que se producen en los juegos de pilla/persecución que tienen relación con el juego del fútbol y que no se producen dando vueltas al campo.

Hay quien defiende que poner a niños de 10 años a dar vueltas al campo es un medio para favorecer su socialización porque van hablando de sus cosas. Propongo que ese hablar de sus cosas se produzca antes y después del entrenamiento en un espacio como puede ser el vestuario. Una forma de hacerlo es obligar a que tus jugadores se cambien antes y después del entrenamiento en vez de llegar cambiados de casa y marcharse de la misma manera. De esa forma fomentas esa socialización y no pierdes tiempo de tu entrenamiento en una labor que se puede hacer fuera de ese tiempo.

Pero no solo eso, sino que los juegos de pilla/persecución son lúdicos y muchos de ellos obligan a la cooperación. ¿Qué mejor que fomentar la cohesión grupal en un contexto enriquecedor pedagógicamente hablando?

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2 comentarios en «¿Vueltas al campo para calentar?»

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